Salir de la clásica autobiografía en la que se enumeran todos los logros, el camino andado y la fortuna del contacto con ciertos maestros, implica poder brindarte un tiempo libre de preconceptos para que así puedas recorrer no solo con la vista sino con tu esencia, tu alma y emoción mi camino recorrido.
Lo depositado en cada trazo, color o intención es parte de un andar, de un disfrute inexplicable, de un despertar a cada instante.
El fin no es la comprensión, si no el sentir, el llegar a compartirte este gran amor sin palabras.
Tu impalpable presencia completa mi obra y es ahí cuando logro reencontrarte en este gran tejido llamado vida.
Gracias por tu presencia, por abrirte a este universo que también es tuyo.
Alegría, luz, color y amor para vos, en este precioso aquí y ahora.